Como soy una persona de costumbres, sigo liándola en el súper. Me maravilla la política que tienen: hay que hablar con el cliente, preguntarle cómo está, darle charla… Para eso estoy yo, no tengo bastante intentando no meter la pata con el cambio en inglés y pidiendo la identificación, que darles conversación en escocés. Porque de verdad que me gustaría, pero en cuanto me contestan se produce el desastre: no me entero de nada y ya no sé si pedir que repitan o hacer que lo he entendido. Alterno una estrategia y otra, y el resultado es siempre el mismo: lamentable. Al menos no dejo de sonreír, que es un lenguaje universal. Porque el escocés me va a llevar tiempo aprenderlo.
En el fondo me parece bonito esto de dedicar tiempo al cliente. Pero tengo que cambiar el chip español. A veces oigo a otros cajeros hacerles preguntas que tendrían una respuesta muy definida en España: “¿A ti que c?&% te importa?” Pero aquí les gusta, y los mismos clientes también te preguntan cómo estás, si llevas un turno muy largo, a qué hora sales… Es humano. Uno hasta me sorprende queriendo darme una libra de propina “Por ser tan maja”. ?!
El otro día compré una postal en una tienda y también me quedé parada cuando el dependiente me preguntó cómo me iba el día y qué iba a hacer el resto de la tarde. Porque no sé si quieren un “bien, gracias” y “nada” o algo más detallado. Lo que me sorprende es que creo que es lo segundo.
El ambiente en el súper es muy bueno. Como ya estamos en diciembre los encargados vienen vestidos para la ocasión. Uno de los que me entrevistó ha aparecido con un jersey de Papá Noel. Pero el otro lo ha superado: viene disfrazado de reno. Con los cuernecitos y todo. Qué puedo añadir a esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario