viernes, 29 de diciembre de 2017

¡NIEVE!

¡Hoy nieva por primera vez! Me entusiasmo, grabo un vídeo, lo mando a todo el mundo… Pero cuando salgo a la calle no es tan divertido. El suelo resbala que no veas. Y mis Bestard son buenísimas para proteger del agua, pero su suela es muy, muy resbaladiza. Que también es un contrasentido. Así que voy por la carretera, donde los coches han fundido la nieve. Me pregunto si mañana debería usar los botines, que aunque no aislen agarran mejor.  Dudo entre pies mojados y huesos enteros, o partirme la crisma con los pies secos. Está la tercera opción, que es que me atropellen por ir por la carretera. También me dijeron que hay quien se pone calcetines encima del calzado, pero a ver dónde encuentro los de la Masa, para que me quepan en estas botas. Y para más recochineo me cruzo con uno (que español no era), haciendo footing bajo la nieve, en manga corta y shorts. 




miércoles, 20 de diciembre de 2017

DETALLES

Finalmente, el lunes empecé a trabajar en la biblioteca. El sistema es totalmente diferente, y además de las tareas propias de este tipo de centros, desempeñan otras como renovar carnets de autobús, facilitar pilas para audífonos y yo qué se cuántas cosas más que me suenan a chino. Así que empiezan a formarme, poco a poco. Una cosa que me desorientó totalmente fue ver que tienen "MP's Surgery". ¿Una consulta médica en una biblioteca? Las diferencias culturales me están sobrepasando. Luego me entero de que "MP" significa "Miembro del Parlamento", y "MP's Surgery" es como un cara a cara con uno de ellos. O sea, que un votante puede pedir un encuentro con un representante político para exponerle algún problema que le preocupe. Y en la biblioteca se ofrece el espacio para ese encuentro. Algo así.

El segundo día recibo tres tarjetas de felicitación navideñas de mis compañeros. A detallistas, a esta gente no la gana nadie. Recuerdo que el otro día vi a una señora comprando sesenta postales.

Y Claire, que se va a casa de sus padres durante unos días, me deja un regalito “debajo del árbol” (eufemismo para llamar a una planta que hay en el comedor). Lo acompaña con una postal con el dibujo de Nessie diciendo “Lo importante es que yo creo en mí mismo”: hace tiempo le comenté que había visto ese mensaje en una camiseta y me había hecho mucha gracia. Pues la muchacha se acuerda y me busca una tarjeta así. El papel de regalo no tiene desperdicio: son coles de Bruselas vestidas de reno y de papá Noel. Me da un abrazo muy fuerte para despedirse. Vuelvo a pensar que encontrar este piso y esta compañera fue algo providencial.

Regalo de Claire bajo "el árbol de Navidad"

Detalle del papel de regalo


miércoles, 13 de diciembre de 2017

DE AQUÍ SÓLO PUEDO IR PARA ARRIBA

Los miércoles, los de The Welcoming organizan visitas guiadas por la ciudad. Hoy vamos al museo con David, una criatura angelical que sólo pierde la compostura cuando oye la palabra “Brexit”.  Tras las visitas siempre vamos a tomar algo. Y es donde tengo mi momento de gloria.

En realidad no hablo mucho porque Peter está monopolizando casi toda la conversación, pero hubiera sido mejor que no hubiese podido intervenir, porque cuando lo hago, suelto LA CAGADA más gorda desde que he llegado aquí. Lo bueno es que de ahí ya no puedo ir a peor.

Peter cuenta que en su país asisten a una misa en Nochebuena, y David dice que aquí también lo hacen. Mientras Peter se calla un segundo para respirar, digo que en España la llamamos “The cock mass” (La misa del gallo. O eso creía yo). David se atraganta y se me queda mirando con los ojos como platos. “¿Cómo?”, me pregunta. Como sé que no oye muy bien, se lo repito más alto. La perplejidad en su rostro es palpable. Intento pronunciar mejor, como aquí son tan mijitas con las vocales, y lo repito más alto aún. Al ver que no reacciona, le digo en inglés, desesperada: “¡El gallo, el macho de la gallina!”. Su rostro se relaja y suelta una carcajada. –Inglesa-. Veo que quiere decirme algo, pero cada vez que lo intenta le entra otro ataque de risa, hasta que consigue advertirme que tenga cuidado con esa palabra. Por lo visto, aquí dicen “cockerel”. Si lo abrevias significa otra cosa.

Resumiendo, para mí “cock” es el macho de la gallina (o sea, el gallo). Pero para ellos, es la hembra del pollo (o sea, la…). Así que yo estaba diciendo que en España se celebra la Nochebuena asistiendo a “la misa de la p*%$”. Ahora entiendo la expresión de David, preguntándose qué clase de bárbaros somos. Y yo, asombrada, insisto en que siempre he dicho “cock”. Más risas. Esta se me queda grabada para siempre.

sábado, 2 de diciembre de 2017

CALIDEZ

Como soy una persona de costumbres, sigo liándola en el súper. Me maravilla la política que tienen: hay que hablar con el cliente, preguntarle cómo está, darle charla… Para eso estoy yo, no tengo bastante intentando no meter la pata con el cambio en inglés y pidiendo la identificación, que darles conversación en escocés. Porque de verdad que me gustaría, pero en cuanto me contestan se produce el desastre: no me entero de nada y ya no sé si pedir que repitan o hacer que lo he entendido. Alterno una estrategia y otra, y el resultado es siempre el mismo: lamentable. Al menos no dejo de sonreír, que es un lenguaje universal. Porque el escocés me va a llevar tiempo aprenderlo. 

En el fondo me parece bonito esto de dedicar tiempo al cliente. Pero tengo que cambiar el chip español. A veces oigo a otros cajeros hacerles preguntas que tendrían una respuesta muy definida en España: “¿A ti que c?&% te importa?” Pero aquí les gusta, y los mismos clientes también te preguntan cómo estás, si llevas un turno muy largo, a qué hora sales… Es humano. Uno hasta me sorprende queriendo darme una libra de propina “Por ser tan maja”. ?!

El otro día compré una postal en una tienda y también me quedé parada cuando el dependiente me preguntó cómo me iba el día y qué iba a hacer el resto de la tarde. Porque no sé si quieren un “bien, gracias” y “nada” o algo más detallado. Lo que me sorprende es que creo que es lo segundo.

El ambiente en el súper es muy bueno. Como ya estamos en diciembre los encargados vienen vestidos para la ocasión. Uno de los que me entrevistó ha aparecido con un jersey de Papá Noel. Pero el otro lo ha superado: viene disfrazado de reno. Con los cuernecitos y todo. Qué puedo añadir a esto.