sábado, 30 de septiembre de 2017

DESPROPÓSITOS


Sigo con el cachondeíto de rellenar solicitudes en páginas de empleo. Creo que la de CIA, (perdón, Correos), es la más bizarra que he encontrado. Necesitan refuerzos para la época de Navidades, porque aquí se les va la mano con lo de enviar felicitaciones. El trabajo es para clasificar correo. Y evidentemente, necesitan saber datos tan relevantes para el puesto como:

1. Dónde has vivido durante los últimos cinco años, con dirección completa y fecha de entrada y salida de cada domicilio. No me hagáis esto, que sólo en un mes y medio he tenido cuatro direcciones diferentes...

2. Si me he cambiado de nombre. Están obsesionados con esto. Luego me doy cuenta de que probablemente se refieran a las mujeres que pierden su apellido y adoptan el del marido tras cometer la imprudencia de casarse. Para algunas cosas son muy modernos, pero a esto tendrían que ir dándole una vueltita ya.

3. Cuál es el nombre completo de mi madre. Me entran ganas de preguntar por la suya. De una manera muy castiza.

4. Como aseguran hasta la extenuación que no te discriminan por raza, religión o preferencias sexuales, te preguntan por ello. Para saberlo y luego no discriminarte, claro. Eso sí, te dan la opción de elegir "Prefiero no contestar”. Muy coherente todo. En “Orientación sexual”, algo muy determinante a la hora de clasificar correo, (pero como no te van a discriminar por esto puedes responder libremente) te dan las siguientes opciones: “Bisexual”, “Hombre gay”, “Mujer gay/lesbiana”, “Heterosexual”, “Otros” (¿??). Y si te da por hacer la gracia de señalar “Otros”, ¡te piden que des detalles!!! Yo creía que tenía imaginación, pero esto me sobrepasa.


Grupo étnico: "Irlandés nómada" No me lo he inventado

jueves, 21 de septiembre de 2017

NO ESTABA MUERTO, ESTABA DE PARRANDA...

Estoy algo inquieta por cómo voy a encarar el invierno. He decidido que quizá necesite un abrigo (los que he traído de Sevilla no han sido efectivos ni en verano) y compro dos. Pero en casa dudo. Uno supuestamente es resistente al agua (que no "waterproof". O sea, que si estoy bajo la lluvia lo suficiente, al final me calaré), y el otro es supuestamente muy cálido. No estoy muy segura de la efectividad de ninguno, así que hago la prueba de fuego. Me pongo el primero y salgo a la calle de noche. Si quiero devolverlo no puedo quitarle la etiqueta, así que la oculto metiendo en el bolsillo la manga donde la lleva y moviendo únicamente el otro brazo. Parezco Espinete. Me pelo de frío. Vuelvo a casa y repito la operación con el otro. Este es más cálido, definitivamente. Y cómo no, es el más feo de los dos. El día que alguien haga algo práctico y bonito a la vez, los pájaros se detendrán en mitad del vuelo.

En el coro, me doy cuenta de que estoy en el tono equivocado porque la chica que está a mi lado se calla. A la pobre le ha tocado entre las sopranos y yo. Y la estoy volviendo loca, pobrecilla. Me callo hasta que me doy cuenta de que efectivamente, no estoy en el tono correcto y cuando lo cojo (o eso creo), retomo la canción. Es mi tercer día allí y aún no me han echado.

Hablando de sordos, mientras estoy en la cocina me parece ver algo pequeño que se mueve rápidamente. Miro hacia donde he creído ver pasar lo que sea. Y sí, veo un ratón. Tenemos puesto un cacharro de ultrasonidos para disuadirlos de visitarnos, pero nos ha tocado el sordo. O el cacharro defectuoso. En fin, que no sé cuál es el Plan de Evacuación de Ratones, así que no hago nada. No hace falta. Cuando me cambio de posición sale pitando y desaparece por no sé dónde.

Así que no estaba muerto, estaba tomando cañas...


domingo, 17 de septiembre de 2017

MISCELÁNEA

Acabo de tener la crisis de confianza definitiva. Estaba viendo la tele y oigo a una señora pronunciar “tomaato” (“tomate”, evidentemente). Yo toda la vida diciendo “toméito”. No me fío de la señora, aunque sea inglesa, y busco en el diccionario. Efectivamente, quién lo iba a decir, la nativa tenía razón y la extranjera (yo) no. Me pongo roja como un “tomaato”. Y pienso si también llevaré toda la vida equivocada con la pronunciación de “potato”, porque se escriben exactamente igual. Pues no, “potato” se pronuncia “potéito”. Mientras que “tomato” se pronuncia “tomaato” ¡Un poco de coherencia, por Dios! Así no se puede.

Me uno a un coro para seguir con la tarea de relacionarme con los locales y aprender a pronunciar los nombres de las verduras. Mi hermano, voz de sabiduría una vez más, me pregunta si no es tentar demasiado a la suerte. Que sí, que los escoceses serán muy majos y todo lo que quieras, pero a lo mejor lo de oírme cantar es demasiado para ellos y sacan su lado Braveheart. Yo también tengo mis dudas, pero decido arriesgarme y voy. Son todos muy agradables, y como me paso la mayor parte del tiempo haciendo playback porque ni me sé las canciones ni sé leer las partituras, al día siguiente no veo en los periódicos que hayan decidido adelantar el Brexit. 

Claire y yo nos vamos de excursión. Visitamos el castillo de Doune, donde los Monty Python rodaron parte de “Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores”. Felicidades a quien tradujo este título al español. La noche anterior, Claire decide poner la película para irnos ambientando. Se sabe diálogos enteros, las canciones… Está como un rebaño de cabras. Lo gracioso es que ella cree que soy yo la que no está muy fina, basándose en a saber qué. 

Mientras Claire busca murciélagos en las grietas del castillo, yo voy siguiendo la audioguía, que está narrada por Terry Jones. Tiene una voz interesante, ahora que no está interpretando personajes femeninos. Aunque los datos son históricos mete alguna gansada y disfruto escuchándolo. En este castillo también se han rodado escenas de “Outlander”, y otra parte de la audioguía está narrada por el actor protagonista (Sam Heughan, lo he buscado en la Wikipedia), con referencias a la serie. Pero los Monty Python ganan por goleada: en la tienda de recuerdos venden cocos para hacer los efectos especiales de los caballos galopando, y te dicen que si quieres recrear alguna escena de “Los caballeros…”, pidas ayuda al personal del castillo, que estará encantado de asistirte. Tienen un cuaderno con anécdotas del rodaje y fotos de visitantes haciendo el payaso con los cocos o recreando otras escenas. Están locos, estos británicos.

Castillo de Doune. (Doune, Perthshire)

Comemos sentadas en la hierba que rodea el castillo mientras llueve. Pero cuando esa nube se va, nos deja un día espectacular. Damos una vuelta por los alrededores, cogemos moras, metemos los pies en el río y sí, el agua está helada. Cuando creo que se me van a partir las piernas, salgo y me seco en la hierba. Luego vamos a las cascadas de Bracklinn en el Parque Nacional de los Trossachs. Para qué contar. Disfrutamos de la paz de esa zona, con el murmullo del agua de fondo. 

Cascadas de Bracklinn


Parque Nacional de los Trossachs

Pasamos junto a un charco donde algún espabilado puso un cartel diciendo “Wishing well” (o “Pozo de los deseos”). Y lo mejor de todo es que han echado monedas. Nos reímos del humor del que puso el cartel y de la inocencia de quienes han depositado sus deseos en ese montón de barro. Y luego pedimos nosotras uno y tiramos una moneda. Las contradicciones del ser humano nunca dejan de sorprenderme.

Al ir a escribir esto, me arrepiento de no haberle sacado una foto. Busco en internet y encuentro una, así que escribo a los que la publicaron pidiéndoles permiso para incluirla aquí. Me responden rápidamente diciendo que sin problemas, súper majos. Y que esperan que disfrute de los paisajes de Escocia. Les respondo que quién no lo haría.

Pozo de los deseos. Sin comentarios.
Foto cortesía de https://www.travellingwithourkids.co.uk/outdoor-life/bracklinn-falls/



sábado, 2 de septiembre de 2017

THE SPINNING BLOWFISH II (INCISO)

Mi madre feliz porque ayer en Sevilla no superaron los 37 grados. Y yo feliz porque aquí llegamos a 10...

Me entero de que los Spinning Blowfish están intentando sacar su primer album. Quien quiera disfrutar de su música en tierras más cálidas puede apoyarlos pinchando en la foto. 



Y recordad: nada de verlos con líquidos calientes en el regazo (y otras indicaciones para duros de mollera que puse en los comentarios del 7/7).

viernes, 1 de septiembre de 2017

ARTHUR'S SEAT

Claire se fue el martes y no volverá hasta el domingo. Antes de marcharse me comenta que huele a ratón muerto en la cocina. Separamos los tablones de debajo de la encimera pero no encontramos nada. Dice que cuando vuelva lo investigará. Le agradezco que me deje en la cabeza la idea de un ratón descomponiéndose en algún lugar de la casa.

¡Al final subo al Arthur's Seat!!! Estaba algo preocupada por eso de que pedían un nivel "razonable" de forma física porque hay que estar preparado para algunas zonas empinadas. Creo que la forma física de los escoceses difiere de la de los españoles. Aquí los ancianitos suben en bici unas cuestas que yo no subo ni en coche. Así que a ver qué me encuentro.

Pues me encuentro con un grupo de gente mayor que yo que sube esta montaña cada semana (algunos más de una vez por semana). Y que no eligen el camino más fácil para hacerlo. Nos metemos por un sendero de cabras rodeado de plantas que pinchan, formando una extraña procesión que va en fila gritando "¡Ouch! ¡Auch!" (ya grito en inglés). Luego veo que los que van delante se han parado y están arrodillados alrededor de algo. Primero pienso que uno de ellos se ha puesto malo. Cuando llego descubro que están observando una oruga. Debe de ser una cosa británica. Es verdad que el bicho es raro de narices, tiene como un pico y unos dibujos que parecen cuatro ojos. Luego descubrimos que se llama algo así como "Oruga Halcón Elefante". Uno de ellos la coge delicadamente y la observa más de cerca. Le hacen un reportaje fotográfico que de no ser un bicho seguramente le parecería halagador. Pero probablemente lo que está deseando es que la devuelvan al suelo y la dejen seguir haciendo sus cosas de oruga.

Como he dicho, no vamos por el camino más fácil, porque subimos una colina y luego la bajamos para trepar finalmente el Arthur's Seat. Es verdad que hay zonas empinadas y tenemos que adoptar posturas poco decorosas para superar algunos tramos. El que parece el mayor de la expedición se pone a bailar un vals. Encima recochineo.

El grupo es muy agradable, formado por ingleses y escoceses que se llevan bien. La vista desde lo alto de la montaña es espectacular, aunque lo que más me gusta es el verdor que la rodea y algunos de los lagos que se pueden ver desde allí. Hace un día glorioso, me quedo en manga corta. Quizá podamos disfrutar de un "Indian Summer" (veranillo del membrillo). No me importaría que el frío se retrasara un poco: Claire dice que no sabe cómo voy a sobrevivir al invierno. Y todo porque duermo con una bolsa de agua caliente en agosto.

Así que espero haberme vuelto lo suficientemente escocesa para entonces. Por ahora ya he subido los escalofriantes 250 metros del Arthur's Seat sin despeñarme. Tiembla, Kilian Jornet.

Sí, debería haber hecho la foto desde arriba, pero estaba intentando recoger mi lengua del suelo...