martes, 18 de julio de 2017

HUMANOS

Preparo clases como una loca. Me han dicho que el alumno es post-beginner (A2), pero no sé nada más, así que no sé muy bien cómo enfocarlo. Tengo que ir al centro a sacar fotocopias y aprovecho para hacer compras ahora que estoy en la civilización.

Ayer Omar me mandó un mensaje para quedar hoy y revisar mi CV. Llego a casa justita para cenar algo antes de quedar con él. Quiero pasear un poco por la orilla para desestresarme, así que salgo pitando. La playa está animada, pero como todo el mundo habla bajito aquí, es un ambiente plácido. El agua me sienta bien. Cuando llega Omar está serio, no parece el del domingo. Nunca sé cómo saludar aquí, así que lo hago mal una vez más. Él me va a dar un beso, pero yo no sé pararme en uno solo, así que cuando le voy a dar el segundo en la otra mejilla, repito el movimiento quijadazo, porque él ya tenía bastante con uno. No sé si existirán los airbags para pómulos. Buscaré en Amazon, los voy a necesitar.

De todos modos él no ha perdido su resolución: no me deja pagar mi consumición, de manera suave pero firme. Nos sentamos en una mesa del paseo. Hoy ha hecho calor, pero ahora hace viento (podría cortar y pegar esta frase), y me pongo la chaqueta y el pañuelo. Él se extraña, está en manga corta y se le ve tan campante. A mí en Sevilla me tenían por calurosa, ¿qué me ha pasado? Me pregunta cómo me ha ido el día pero enseguida se pone al trabajo y me pide el CV. Empieza a escribir anotaciones concienzudamente, se ve que se lo toma en serio. Luego me las va explicando, pero acaba diciendo que haga los cambios que yo considere. Y que si tengo alguna entrevista y necesito prepararme, que también se lo diga y me ayudará. Hablamos un poco más, y me pregunta si me importa que nos vayamos. No ha cenado aún y venía del gimnasio, así que está muerto de hambre. Asiento, y caminamos juntos hasta que él llega a su calle y nos despedimos. Esta vez no me da un beso. Quiere conservar sus huesos intactos.

Me quedo un rato más en el paseo, mirando la puesta de sol. Me llama la atención un adolescente que pasa por allí haciendo footing y se para a fotografiarla. No creía que las puestas de sol estuvieran dentro de su sensibilidad. Me está bien empleado por tener prejuicios. Precisamente Omar me ha estado hablando de ello, de que en según qué sitios no lo tratan bien por su raza, aunque en Edimburgo no ha tenido problemas.

Yo había quedado con él porque quiero conocer gente, practicar el idioma, etcétera, pero estaba un poco a la expectativa de por dónde saldría. Y como él tenía esa seguridad y ese don de gentes, di un poco por supuesto que quizá quisiera tontear, que era el típico que tira la caña a ver qué pasa. Y supongo que pasarán muchas cosas, porque mientras está enfrascado en mi CV puedo contemplarlo tranquilamente y descubro que tiene un físico bastante perfecto.

Pero no ha tonteado: se ha mostrado grave, aunque queriendo mantener el contacto. Percibo que debe de ser bastante sociable y se siente solo. Yo le he dicho que no me siento así, pero asegura que para él es más difícil porque es musulmán, y tal como están las cosas, la gente no se echa en sus brazos. Es una pena, porque me parece tremendamente educado, sereno y considerado, y es muy fácil hablar con él.

Mencionó la cuestión de la Visa. Keev también me comentó que el año que viene tiene que volver a la India porque le expide la suya, y no podrá volver a vivir aquí hasta dentro de cuatro años, creo. Pienso que en qué locura de mundo vivimos, donde algunos creen que poseen la tierra y deciden quién puede vivir en un lugar y quién no. Cuando voy a los intercambios, lo único que flota en el ambiente es el deseo de conocernos, de relacionarnos y ayudarnos. La nacionalidad y la raza son sólo datos curiosos de cada uno: somos humanos y queremos contactar con otros humanos. Así de simple. 

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